Citas Cristianas

Dios quiere que todos seamos salvos

«a fin de que gocemos de vida tranquila y quieta con toda piedad y honestidad. 3 Esto es bueno y grato ante Dios nuestro Salvador, 4 el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad.» (I Timoteo 2, 4).

[«Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie viene al Padre sino por Mí» (Juan 14, 6).]

[12298] (I Tm.2,4). Aquí se nos revela el fondo del corazón de Dios. Su voluntad salvífica era ya conocida en el Antiguo Testamento (Ez. 18, 23; 33, 11 y notas). Cristo al confirmarla (Lc. 19, 10; Mt. 18, 11; 21, 31; Jn. 3, 17), nos descubrió que esa salvación nos llega, como aquí dice S. Pablo, mediante el conocimiento de la verdad contenida en la Palabra del Padre que nos fue traída por el Hijo (Jn. 15, 15; 17, 17), mostrándonos así que en su doctrina no hay nada esotérico ni secretos exclusivos para los iniciados. Véase Mt. 10, 27.

«21 Y si el malvado se retrae de su maldad y guarda todos mis mandamientos, y hace lo que es recto y justo, vivirá y no morirá. 22 Todos los pecados que cometió no le serán recordados, y en la justicia que obró vivirá. 23 ¿Quiero yo acaso la muerte del impío?, dice el Señor, Yave. ¿No va a vivir si se aparta de su mal camino?» (Ezequiel 18,21-23).

«24Pero cuando el justo se desviare de su justicia cometiendo iniquidad e imitando todas las abominaciones del impío, ¿acaso vivirá? Ninguna de sus justicias que ha hecho le será imputada. Por la prevaricación en que ha caído, y por el pecado que ha cometido, por ellos morirá.» (Ezequiel 18, 24).

«¡oh casa de Israel!, dice el Señor, Yave. Volveos y convertios de vuestros pecados, y así no serán la causa de vuestra ruina. 31 Arrojad de sobre vosotros todas las iniquidades que cometéis, y haceos un corazón nuevo y un espíritu nuevo. ¿Por qué habéis de querer morir, casa de Israel? 32 Que no quiero yo la muerte del que muere, convertios y vivid.» (Ezequiel 19, 30-32).

«10 Di, ¡oh hijo de hombre!, a la casa de Israel: Vosotros decís: Llevamos sobre nosotros nuestros pecados y nuestras rebeliones, y por eso nos vamos consumiendo: ¿cómo vamos a vivir? 11 Diles: Por mi vida, dice el Señor, Yave, que yo no me gozo en la muerte del impío, sino en que él se retraiga de su camino y viva. Volveos, volveos de vuestros malos caminos: ¿Por qué os empeñáis en morir, casa de Israel?» (Ezequiel 33, 10-11).

[8883] (…) “Es perfecto el que elimina de sus afectos todo lo que impide al alma volverse totalmente hacia su Dios y Padre; es perfecto el que permanece adherido a Dios y pone en Él todas sus complacencias; es perfecto el que ya no vibra sino con los atractivos de la soberana Bondad” (Santo Tomás). 12. Véase 18, 21-27 y notas.

«10 Mirad que no despreciéis a uno de estos pequeños, porque en verdad os digo que sus ángeles ven de con¬ tinuo en el ciclo la faz de mi Padre, que está en los ciclos. 11 Porque el Hijo del hombre ha venido a salvar lo perdido.» (Mateo 18, 10-11).

» 10 pues el Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido.» (Juan 19, 10).

Amar mucho

«Un acreedor tenía dos deudores, el uno le debía quinientos denarios, el otro cincuenta. 42 No teniendo ellos con qué pagar, se lo condonó a ambos. ¿Quién, pues, le amará más? 43 Respondiendo Simón, dijo: Supongo que aquel a quien condonó más. Díjole: Bien has respondido. 44 Y vuelto a la mujer, dijo a Simón: ¿Ves a esta mujer? Entré en tu casa, y no me diste agua para lavar los pies; mas ella ha regado mis pies con sus lágrimas y me los ha enjugado con sus cabellos. 45 No me diste el ósculo de paz; pero ella, desde que entré, no ha cesado de besarme los pies. 46 No ungiste mi cabeza con óleo, y ésta ha ungido mis pies con ungüento. 47 Por lo cual te digo que le son perdonados sus muchos pecados, porque amó mucho. Pero a quien poco se le perdona, poco ama. 48 Y a ella le dijo: Tus pecados te son perdonados. 49 Y comenzaron los convidados a decir entre sí: ¿Quién es éste para perdonar los pecados?. 50 Y dijo a la mujer: Tu fe te ha salvado, vete en paz.» Lucas 7, 41-50.


«La caridad (amar) cubre la muchedumbre de los pecados.» I Pedro. 4, 8.


No juzguéis para que no seáis juzgados (Mt.7, 1-9) (Lc.6, 36-38) (Lc.18, 35)

MATEO 7
A los fariseos (hijos de la gnosis)

1 No juzguéis[9975], para que no seáis juzgados. 2Porque el juicio que vosotros hacéis, se aplicará a vosotros[9976], y la medida que usáis, se usará para vosotros. 3¿Por qué ves la pajuela que está en el ojo de tu hermano, y no reparas en la viga que está en tu ojo?[9977] 4¿O cómo puedes decir a tu hermano: “Déjame quitar la pajuela de tu ojo”, mientras hay una viga en el tuyo? 5Hipócrita, quita primero la viga de tu ojo, y entonces verás bien para sacar la pajuela del ojo de tu hermano”.

A los cristianos

6“No deis a los perros lo que es santo y no echéis vuestras perlas ante los puercos, no sea que las pisoteen con sus pies, y después, volviéndose, os despedacen”[9978].” – Mateo 7, 1-6.

LUCAS 6

36 Sed misericordiosos como es misericordioso vuestro Padre[10489]. 37No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; absolved, y se os absolverá[10490]. 38Dad y se os dará; una medida buena y apretada y remecida y rebosante se os volcará en el seno; porque con la medida con que medís se os medirá”[10491].“ – Lucas 6, 36-38.

LUCAS 18
El Siervo sin entrañas

“21Entonces Pedro le dijo: “Señor, ¿cuántas veces pecará mi hermano contra mí y le perdonaré? ¿Hasta siete veces?” 22Jesús le dijo: “No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete[10103]. 23Por eso el reino de los cielos es semejante a un rey que quiso ajustar cuentas con sus siervos. 24Y cuando comenzó a ajustarlas, le trajeron a uno que le era deudor de diez mil talentos[10104]. 25Como no tenía con qué pagar, mandó el Señor que lo vendiesen a él, a su mujer y a sus hijos y todo cuanto tenía y se pagase la deuda. 26Entonces arrojándose a sus pies el siervo, postrado, le decía: “Ten paciencia conmigo, y te pagaré todo” 27Movido a compasión el amo de este siervo, lo dejó ir y le perdonó la deuda. 28Al salir, este siervo encontró a uno de sus compañeros, que le debía cien denarios[10105], y agarrándolo, lo sofocaba y decía: “Paga lo que debes”. 29Su compañero, cayendo a sus pies, le suplicaba y decía: “Ten paciencia conmigo y te pagaré”. 30Mas él no quiso, y lo echó a la cárcel, hasta que pagase la deuda. 31Pero, al ver sus compañeros lo ocurrido, se contristaron sobremanera y fueron y contaron al amo todo lo que había sucedido. 32Entonces lo llamó su señor y le dijo: “Mal siervo, yo te perdoné toda aquella deuda como me suplicaste. 33¿No debías tú también compadecerte de tu compañero, puesto que yo me compadecí de ti?” 34Y encolerizado su señor, lo entregó a los verdugos hasta que hubiese pagado toda su deuda. 35Esto hará con vosotros mi Padre celestial si no perdonáis de corazón cada uno a su hermano[10106]””. – Lucas 18, 21-35.


Sobre los que odian a Dios

«Está seco mi corazón y consumido como heno, y me olvido de comer mi pan (la Palabra de Dios) (Salmos 102, 5). «Y he venido a ser como pelícano en el desierto, soy como buho entre las ruinas.» (Salmos 102, 7).

«Mira que bravean tus enemigos, y alzan la cabeza los que te aborrecen. Tienden asechanzas a tu pueblo, y se conjuran contra tus protegidos. Dicen: «Ea, borrémoslos del número de las naciones, no haya más memoria del nombre de Israel (del pueblo de Dios). Todos a una se han confabulado, se han ligado estrechamente contra ti,» (Salmos 83, 3-6).

«Él ha cegado (Él ha permitido que suceda en base a una ordenación de mérito, es decir, a nuestras acciones en el equilibrio de la creación. Y lo permite muy a pesar Suyo. Dios no quiere que nos condenemos.) sus ojos y endurecido sus corazones, para que no vean con sus ojos, ni entiendan con su corazón, ni se conviertan, ni Yo los sane.» (Juan 12, 40-41).

«20 ¡Ay de los que al mal llaman bien, que de la luz hacen tinieblas y de las tinieblas luz, y dan lo amargo por dulce y lo dulce por amargo! 21 ¡Ay de los que son sabios a sus ojos, y son prudentes delante de sí mismos! 22 ¡Ay de los que son valientes para beber vino, y fuertes para mezclar licores; 23 de los que por cohecho dan por justo al impío, y quitan al justo su justicia!»Isaías 5, 20-23.


Sobre la idolatría

«Yo soy Yavé, tu Dios, que te ha sacado de la tierra de Egipto, de la casa de la servidumbre. Tú no tendrás otro dios que a mí. No te harás imágenes talladas, ni figuración alguna de lo que hay en lo alto en los cielos, ni de lo que hay abajo sobre la tierra, ni de lo que hay en las aguas debajo de la tierra. No te postrarás ante ellas, y no las servirás, porque yo soy Yave, tu Dios, un Dios celoso, que castiga en los hijos las iniquidades de los padres, hasta la tercera y cuarta generación de los que me odian, y hago misericordia hasta mil generaciones de los que me aman y guardan mis mandamientos.» (Éxodo 20, 3-6).

«No hagáis ídolos, ni os alcéis esculturas ni cipos sagrados, ni pongáis en vuestra tierra piedras esculpidas, para prosternaros ante ellos, porque soy yo, Yave, vuestro Dios.» (Levítico 26, 1).

Cipo. Del lat. cippus.
1. m. Pilastra o trozo de columna erigido en memoria de alguna persona difunta.
2. m. hito (mojón).

«No te vayas tras otros dioses, de los dioses de los pueblos que te rodean; porque Yave, tu Dios, que está en medio de ti, es un Dios celoso, y la cólera de Yave, tu Dios, se encendería contra ti y te exterminaría de sobre la tierra.» (Deuteronomio 6, 14-15).

«Todos los Dioses de los pueblos son vanos ídolos (demonios).» (Salmos 94, 5). (95, 5 en la Vulgata Latina).


Sobre lucifer

«Y Jesús les dijo: Veía yo a Satanás caer del cielo como un rayo.» (San Lucas 10, 18).

«12 ¿Cómo caíste del cielo, lucero brillante, hijo de la aurora? Echado por tierra el dominador de las naciones. 13 Tú, que decías en tu corazón: Subiré a los cielos; en lo alto, sobre las estrellas de Dios, elevaré mi trono. Me instalaré en el monte santo, en las profundidades del aquilón. 14 Subiré sobre la cumbre de las nubes y seré igual al Altísimo. 15 Al sepulcro es a donde has bajado, a las profundidades del abismo.» (Isaías 14, 12-15).

«16 Para verte mejor, se detienen y te contemplan, diciéndose: ¿Es éste el que hacía temblar a la tierra, el que trastornaba los reinos, 17 el que hacía del mundo un desierto, devastaba las ciudades y no liberaba a sus cautivos? 18 Todos los reyes de las naciones reposan con honor, cada uno en su morada; 19 pero tú has sido arrojado a tu sepulcro, como un vil tronco, como un despojo de muerto a la espada, que se tira en un montón de piedras, como cadáver que se pisotea con los pies. 20 Tú no tendrás con ellos sepultura, porque mataste a tu pueblo. No se hablará ya jamás de la raza del impío. 21 Aparejaos para la matanza de los hijos, por la impiedad del padre. No se levanten para conquistar la tierra y llenar el mundo de ruinas.» (Isaías 14, 16-21).


«Y Jesús les dijo: Veía yo a Satanás caer del cielo como un rayo.»

– San Lucas 10, 18.


La marca de la bestia de Apocalipsis

«15 Y fuéle dado infundir espíritu en la imagen de la bestia, para que hablase la imagen e hiciese morir a cuantos no se postrasen ante la imagen de la bestia, 16 e hizo que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y siervos, se les imprimiese una marca (1) en la mano derecha y en la frente, 17 y que nadie pudiese comprar o vender, sino el que tuviera la marca, el nombre de la bestia o el número de su nombre. 18 En esto está la sabiduría. El que tenga inteligencia calcule el número de la bestia, porque es número de hombre. Y su número es seiscientos sesenta y seis

Apocalipsis 13, 15-18.

(1) La imagen se deriva del usa de marcar a los esclavos con el nombre de su señor. Los adoradores de la bestia son marcados para que sean reconocidos, y sólo ellos puedan participar en la vida ciudadana. En las persecuciones de Decio y Diocleciano se vino a cumplir esto casi al pie de la letra contra los fieles.


A los fariseos, la casta sacerdotal

“Está escrito: «Mi casa será una casa de oración», y vosotros la habéis hecho una cueva de ladrones.” (San Lucas 19, 46).

Vosotros sois nacidos del diablo, y queréis cumplir los deseos de vuestro padre. Él es homicida desde el principio y no se mantuvo en la verdad, porque la verdad no estaba en él. Cuando habla la mentira, habla de lo suyo propio, porque él es mentiroso y padre de la mentira.” (Juan 8, 44).

“He aquí que yo te entregaré algunos de la sinagoga de Satán, de esos que dicen ser judíos y no lo son, sino que mienten; (Apopcalipsis 3, 9).


Sobre la mentira

«13 No matarás. 14 No adulterarás. 15 No robarás. 16 No testificarás contra tu prójimo falso testimonio.» Éxodo 20- 13-16.

«… no habitará en Mi casa el que cometa fraude, el que habla mentirosamente no permanecerá ante Mí.» Salmos 101, 7.

«Salva las vidas el testigo veraz, pero el que profiere mentiras es un asesino.» Proverbios 14, 25.

«Comerán del fruto de sus obras, y se hartarán de sus consejos.» – Proverbios 1, 31.


Sobre los falsos cristianos

-No es contra las personas,
es contra los errores.
Se combate a los errores
para ayudar a las personas.
Se ama a las personas,
no a sus errores.-


Citas de Santos sobre la perfidia judía

Hilo (enlace): La Doctrina Católica sobre el deicidio y la judaica perfidia

«Siempre que el judío os diga: fueron los hombres los que nos hicieron la guerra; contestadles: los hombres no os hubieran hecho la guerra si Dios no lo hubiera permitido» San Juan Crisóstomo, «Adversus Judæos»

«Mi verdadera guerra es contra los judíos, ellos han sido abandonados por Dios, y por el crimen de este deicidio no hay expiación posible. De ningún modo dejaron atrás el grado sumo del delito, mediante su locura cometida contra Cristo»San Juan Crisóstomo, «Adversus Judæos».

«¿Por qué, siendo vosotros unos asesinos de niños, Dios se contentó con vosotros en otro tiempo, y os vuelve ahora la espalda? Os atrevísteis a un delito mucho mayor y peor que el infanticidio y que cualquier delito, asesinando a Cristo». –San Juan Crisóstomo, «Adversus Judæos».

«Entonces le respondieron algunos escribas y fariseos [los judíos]: ‘Maestro, queremos ver una señal de Ti’. Mas Él, respondiendo, les dijo: ‘una raza malvada y fornicaria solicita una señal, y no le será dada una señal, sino la señal de Jonás el Profeta’»San Mateo 12, 38-39.

«En Jerusalén, muchos creyeron en Su Nombre, contemplando los milagros que hacía; mas Jesús no se fiaba de ellos, porque los conocía a todos»S. Juan 2, 23-24

«¡Serpientes, raza de víboras! ¿Cómo será posible que evitéis el ser condenados al fuego del infierno?»S. Mateo 23,33

«Los judíos tenéis como padre al Diablo, y queréis hacer los deseos de vuestro padre. Él es homicida desde el principio y no se mantuvo en la Verdad, porque la Verdad no estaba en él. Cuando habla la mentira, habla de lo suyo propio, porque es padre de la mentira»San Juan 8,44. (Biblia Nácar-Colunga. Ed.1944)

«Vosotros sois hijos del diabloS. Juan 8, 44. (Biblia Platense de Monseñor Straubinger. PDF de la Ed. de 1951)

«Conozco (…) la blasfemia de los que dicen ser judíos y no lo son, antes son la sinagoga de SatanásApocalipsis 2, 9

«Y respondiendo Pedro y los Apóstoles, dijeron a los judíos: ‘Es menester obedecer a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a Quien vosotros matasteis, poniéndoLe en un madero’»Hechos de los Apóstoles 5, 29-30. Los judíos imitan a Lucifer.

«Se pueden oír las lamentaciones de los profetas, por las calamidades que caerán sobre el pueblo judío a causa de su impiedad a Aquél que han abandonado: después de su pecado contra Cristo, su reino debe ser destruido, su ley abrogada, su culto prohibido»San Eusebio de Cesárea.

«Y respondiendo todo el pueblo judío dijo: ‘Caiga Su Sangre [la de Cristo] sobre nosotros y sobre nuestros hijos’»San Mateo 27, 25.

«Esta maldición continúa hasta el día de hoy sobre los judíos, y la Sangre del Señor no cesará de pesar sobre ellos»San Jerónimo y el deicidio.

«La Sinagoga es una casa de impiedad, un receptáculo de maldades, que Dios mismo había condenado. Por Caín hay que entender el pueblo parricida de los judíos, él derramó la Sangre de su Señor y Creador. Fue matado por el pueblo judío»San Ambrosio, «Epístola IX» y «Sobre Caín».

«Los judíos han sido dispersados por todo el mundo, para que mientras paguen la culpa de tan gran crimen, el asesinato del Mesías, puedan ser testigos de nuestra Redención»San Bernardo de Claraval, «Epístola 363 a la Iglesia de Francia Oriental», el castigo del judío errante.

«Si alguno celebra la Pascua con los judíos pacta con aquellos que han matado al Señor».San Ignacio de Antioquía, «Carta a los Filipenses».

«Toda la Sinagoga de los hijos de Israel mató a Jesucristo». –Tertuliano, «Adv. Jud., VIII».

«Los judíos fueron impíos hacia Nuestro Señor Jesucristo y ellos aparecen como deicidas». –San Cirilo de Alejandría.

«Comentario sobre Isaías IV». «El pueblo judío es impío, parricida, traidor». –San Hilario de Poitiers, «Tratado sobre los Salmos».

«El pueblo de Israel prevaleció sobre el Cristo hasta el punto de crucificarlo, y debe vagar errante por el mundo para ser testigo de la victoria de la Iglesia sobre la sinagoga». –San Agustín de Hipona, Doctor de la Iglesia «Sobre el Salmo XLIX».

«Israel ha crucificado al Hijo de Dios, y Dios rechazó a Israel a fuera de la viña»San Cirilo de Jerusalén, «Catequesis XI, sobre el Hijo único de Dios».

«El Cristo ha sido matado por manos deicidas [los judíos]» –San Gregorio Nacianceno, Doctor de la Iglesia (P.G. XXXVII).

«También el Cristo ha querido para Su Cuerpo una muerte que no vino de Él mismo, sino de las maquinaciones de los judíos, para destruir Él mismo la muerte que aquéllos infringieron al Salvador». –San Atanasio, Doctor, «Contra los paganos y sobre la Encarnación del Verbo».

«Los judíos no solamente por infidelidad han rechazado al Cristo sino que por crueldad, Lo mataron. Ellos no pueden por lo tanto llamar a Dios su Padre, y el pueblo pecador no puede ser el hijo de Dios. El padre de los judíos es el Diablo»San Cipriano, «De la Oración del Señor»

«Los hijos de Israel han sido responsables de la injusta condenación a muerte de Nuestro Señor Jesucristo por haber creído muy fácilmente a los príncipes de este mundo y no haber buscado la Verdad»San Hipólito de Roma, «Comentario sobre Daniel».

Pues los judíos veían en Él todas las señales que los profetas dijeron que iba a haber […] pues veían con evidencia las señales de la Divinidad de Él, mas por odio y envidia hacia Cristo, las tergiversaban; y no quisieron confiar en las palabras de Éste, con las cuales se confesaba Hijo de Dios” –Santo Tomás de Aquino. (cfr. Summa Theologica, 3 p., qu. 47, art. 5).

«Los judíos de ambos sexos, en todo territorio de Cristianos, en todo tiempo, deben distinguirse en su vestido de los otros pueblos. Que se distingan de los demás»S.Tomás de Aquino citando al IV Concilio de Letrán sobre la necesidad de distinguir a los judíos de los Cristianos.

«Los judíos por sus culpas están en perpetua servidumbre, los señores pueden tomarles sus cosas, dejándoles lo indispensable para vivir. No pueden quedarse con lo obtenido por usura; obligadles a trabajar para que no sean más ávaros»S.Tomás Aquino, Opera omnia/Regimine Principum.

«Si nosotros, por nuestra Fe, venimos a ser hijos de Abraham, los judíos, por su perfidia, han dejado de serlo»Papa San Gregorio Magno.

«Sermones Dominicales de los Santos Padres». Este Papa escribió al Rey Recaredo de España felicitándole por no aceptar sobornos de judíos.

«El pueblo judío, ingrato y pérfido, condenó indignamente a su Redentor a ser muerto ignominiosamente. Nos sabemos la forma tan indigna en que esta execrable raza, usa el Nombre de Cristo»Papa San Pío V, «Hebræorum gens», expulsa a los judíos de los Estados Pontificios en 1569.

«Con usura por doquier, los hebreos consumieron los haberes de los cristianos, juzgamos como muy evidente ser ellos encubridores y cómplices de ladrones de las cosas robadas y malversadas, no sólo las de uso profano, mas también las del Culto Divino»San Pío V «Hebræorum gens».

«Muchos judíos ambicionando las casas de mujeres honestas, las pierden con muy vergonzosos halagos; más pernicioso, dados a sortilegios y encantamientos mágicos,supersticiones y maleficios, inducen a muchos incautos y enfermos a los engaños de Satanás»S.Pío V, «Hebræorum gens».

«Los judíos se ocupan de asuntos comerciales, amasan enormes sumas de dinero, y sistemáticamente despojan a los Cristianos de sus bienes por medio de sus exacciones usurarias, para el pago de las cuales sus sinagogas sirven de garantía». –Papa Benedicto XIV, «A quo primum».

«La tierra de Jerusalén si no ha sido sagrada, ha sido santificada por la Vida de Jesucristo. Los judíos que debían haber sido los primeros en reconocer a Jesucristo, no lo han hecho». –Papa San Pío X, entrevista con un padre del sionismo, Theodor Herzl.

«No podemos favorecer vuestro movimiento [refiriéndose al judaizante de Theodor Herzl]. Los judíos no han reconocido a Nuestro Señor. Nosotros no podemos reconocer al pueblo judío». – Papa San Pío X, entrevista con un padre del sionismo, Theodor Herzl.

«Cualquier Cristiano que prestare apoyo a los judíos, se considerará como profano y sacrílego, privándole de la comunión de la Iglesia Católica, y reputándole como extraño al Reino de Dios, pues se hacen patronos de los enemigos del Señor». –Concilio IV de Toledo, Canon LVIII.

«De la perfidia de los judíos, hay infinitas sentencias de los Padres antiguos; como vaticinio profético a su obstinación, el pecado de Judá está escrito con pluma de hierro, ciegos y tercos. Su infidelidad debe ser combatida por la Iglesia». –Concilio XVI de Toledo, canon I.

Recopilación de @nonpossumus (Twitter). (enlace), ().


Cuídense mucho. Un saludo.