Apocalipsis de Isaías: capítulos 24, 25, 26 y 27.

The Last Judgement, por Jean Bellegambe (c.1470-1534-40).

Este capítulo (24 de Isaías) y los tres siguientes forman un verdadero apocalipsis, y como todas las obras de este género, ésta es oscura. El profeta se desliga cuanto puede del medio ambiente histórico que le rodea, y se traslada con su espíritu a tiempos futuros y cercanos del fin de las cosas, para pintarnos la manifestación de la justicia de Dios contra la impiedad y su misericordia para con los justos. Sagrada Biblia Nácar-Colunga. 1ª Edición de 1944.

Isaías 24

Devastación universal.

«1 He aquí que Yave devasta la tierra, la convierte en un desierto. Trastorna la superficie de la tierra y dispersa a sus habitantes, 2 lo mismo al pueblo que al sacerdote, al siervo y a su amo, a la criada y a su señora, al que compra y al que vende, al que presta y al que toma prestado, al acreedor y al deudor. 3 La tierra será devastada, entregada al pillaje; lo decretó Yave. 4 La tierra está desolada, marchita, el mundo perece, languidece, perece el cielo con la tierra. 5 La tierra está profanada por sus moradores, que traspasaron la ley, falsearon el derecho, rompieron la alianza eterna. 6 Por eso, la maldición consume la tierra, y sus moradores llevan sobre sí las penas de sus crímenes. Por eso los moradores de la tierra son consumidos y reducidos a corto número. 7 Y se pierde el vino, y enferma la vid, y suspiran cuantos antes se regocijaban. 8 Y ha cesado la alegría de los panderos, y se acabó el estrepitoso regocijo y el alegre sonar del arpa. 9 Ya no beben el vino entre cantares, y las bebidas son amargas al que las bebe. 10 Y están las ciudades desiertas, en ruinas, cerradas las casas, sin que nadie entre en ellas. 11 Laméntanse por las calles: Ya no hay vino, cesó todo gozo, desterrose de la tierra la alegría. 12 La ciudad ha quedado en soledad y las puertas, abatidas, en ruinas. 13 porque está la tierra, están los pueblos, como cuando se sacude el olivo (y no quedan ya cristianos/olivas), como cuando se hace el rebusco después de la vendimia.

14 Alzan sus voces, lanzan gritos de alegría desde las orillas del mar (mar/matrix/espíritu del mundo; los sacrificados sobre la tierra), cantan la majestad de Yave. 15 Glorifican a Yave en las islas, en las islas del mar (entresacados del mundo), el nombre de Yave, Dios de Israel. 16 Oyese cantar desde los confines de la tierra: ¡Gloria al Justo! Pero yo en mi tristeza digo: ¡Ay de los impíos! 17 Terror, hoya, red, sobre ti, habitante de la tierra; 18 el que escape al terror, caerá en la hoya; el que escape a la hoya, se enredará en la red. Abrense las cataratas en lo alto, y tiemblan los fundamentos de la tierra. 19 La tierra (sus impíos moradores) se rompe con estrépito, retiembla, salta en pedazos. 20 Tiembla como un ebrio, vacila como una choza, pesan sobre ella sus pecados, y caerá para no volver a levantarse 21 Entonces, aquel día (DIES IRAE, tres años y medio: de mitad de 2023 a 2027), visitará Yave la milicia de los cielos en la altura (demonios mayores), y abajo a los reyes de la tierra (demonios menores). 22 Y serán encerrados, presos en la mazmorra, quedarán encarcelados en la prisión, y después de muchos días serán visitados. 23 La luna (la Iglesia) se enrojecerá (por la sangre derramada de sus Santos), el sol (Jesucristo entre nosotros) palidecerá, cuando Yave Sebaot será proclamado rey. Y sobre el monte de Sión (nuestra morada interior, nuestro altar/amor a Dios), en Jerusalén (Jerusalén Celestial), resplandecerá su gloria ante sus ancianos (ante todos sus Ángeles y Santos).

Isaías 25

Gloria de los elegidos.

1 Yave, tú eres mi Dios; yo te ensalzaré, y alabaré tu nombre, porque has cumplido designios maravillosos, de mucho ha verdaderos con verdad. 2 Porque hiciste de la ciudad un montón de piedras; de la ciudad fuerte (Babilonia) una ruina. Ya la ciudadela de los impíos no es ciudad, y no será jamás reedificada. 3 Por eso te alabará un pueblo fuerte, y te temerá la ciudad de las naciones poderosas (la Jerusalén Celestia). 4 Porque eres tú el refugio del débil, el refugio del pobre en la aflicción, amparo contra la tempestad, sombra contra el calor. Pues el aliento de los poderosos es como una borrasca de invierno, 5 como calor sobre tierra seca; humillarás el orgullo de los impíos; 6 como el calor a la sombra de una nube, se extinguirá el canto triunfal de los poderosos. 6 Y preparará Yave Sebaot a todos los pueblos, sobre este monte (Sión, el altar de Dios que es el estado de Visión Beatifica o Coronación de la Gloria: «ser como Ángeles del cielo»), un festín de suculentos manjares, un festín de vinos generosos, de manjares grasos y tiernos, de vinos selectos y clarificados (El Espíritu Santo); 7 y sobre este monte hará desaparecer el velo (el Espíritu del Mundo/diablo) que vela a todos los pueblos, la cortina que cubre a todas las naciones. 8 Y destruirá a la muerte para siempre, y enjugará el Señor, Yave, las lágrimas de todos los rostros, y alejará el oprobio de su pueblo lejos de toda la tierra. Lo dice Yave.

Cántico de los redimidos.

9 Y se dirá en aquel día (DIES IRAE): He aquí nuestro Dios, hemos esperado en él que nos salvaría. Ahí está Yave, a quien esperábamos; gocémonos y alegrémonos de su salud. 10 Porque la mano de Yave se posará sobre este monte (su altar en los que le aman), y Moab (el monte de la gnosis) será pulverizado, como se pulveriza la paja en el muladar, 11 allí tenderá sus brazos, como los tiende el nadador para nadar; pero Yave abatirá su soberbia y los esfuerzos de sus manos, 12 sus manos fuertes y soberbias; los destruirá, los derribará, los echará a tierra, en el polvo.

Isaías 26

1 En aquel día cantarán este cántico en la tierra de Judá: Tenemos una ciudad fuerte, por muro y antemuro nos da Él la salvación. 2 Abrid las puertas, que entre el pueblo justo y fiel, 3 esperanza inquebrantable, conservarás la paz y reinará en ti la confianza. 4 Confiad siempre en Yave, pues Yave es la roca eterna. 6 El destruye a los que habitan en las alturas, él derriba a la ciudad soberbia (Babilonia). 6 El la derriba y la humilla hasta la tierra, y es hollada por pies, por los pies de los pobres y los débiles. 7 La senda de los justos es recta, derecho es el camino que Tú abres al justo. 8 Nosotros te esperamos en el sendero de tus juicios. ¡Oh Yavel Tu nombre, tu memoria, es el deseo de mi alma. 9 Deséate mi alma por la noche, y mi espíritu te busca dentro de mí, pues cuando aparezcan sobre la tierra tus juicios, aprenderán los hombres la justicia. 10 Si al impío se le hace gracia, no aprende la justicia, y en la tierra del bien él hace el mal. Desaparezca de la tierra el impío; que no vea la majestad de Yave. 11 Alzada está tu mano, ¡oh Yavel; no lo han visto, pero ya verán, confundidos, tu celo por tu pueblo, y el fuego devorará a tus enemigos. 12 Depáranos la paz, ¡oh Yavel, pues que cuanto hacemos, eres tú quien para nosotros lo haces. 13 Yave, Dios nuestro; otros señores, que no tú, se enseñorearon de nosotros. Pero gracias a ti, sólo tu nombre invocaremos. 14 Los muertos no revivirán, no resucitarán las sombras, tú los castigaste y destruiste, tú borraste su nombre. 15

Multiplica al pueblo, ¡oh Yavel, multiplica al pueblo, muéstrate glorioso, extiende los confines de la tierra. 16 En la aflicción, ¡oh Yavel, te hemos buscado, hemos clamado en la angustia, cuando tu castigo nos hería. 17 Como la mujer encinta cuando llega el parto, se retuerce y grita en sus dolores, así estábamos nosotros lejos de ti, ¡oh Yavel 18 Concebimos, y en dolores de parto parimos viento; no dimos salud a la tierra y no nacieron habitantes. 19 Revivirán tus muertos, resucitarán sus cadáveres. Alzaos y cantad, los que yacéis en el polvo, pues tu rocío (Espíritu Santo) es rocío de luz, y renacerán las sombras del seno de la tierra. 20 Anda, pueblo mío. Entra en tu casa y cierra las puertas tras de ti; ocúltate por un poco, mientras pasa la cólera (la ira: DIES IRAE). 21 Porque va a salir Yave de su morada, para castigar la iniquidad de los moradores de la tierra. Y la tierra dará a ver la sangre que ha bebido, no encubrirá más sus muertos.

Isaías 27

1 Aquel día castigará Yave con su espada pesada (que es la ira de lucifer y de su pueblo. Es decir. Dios dejará al diablo actuar al haber sido liberado del infierno por el hombre. Dios no ejecuta el Día de la Ira, no viene e Él sino que sólamente deja y permite que ocurra lo que el hombre ha provocado, y se hace responsable hablando en 1ª persona porque Él es el creador y sostenedor de todo, pero Dios no quiere ni por asomo que ocurra lo que va a dejar que pase en base a nuestro libre albedrío y nuestra voluntad. Va a permitir que se haga lo que hemos traído), grande y poderosa, al Leviatán, a la serpiente huidiza, al Leviatán, la serpiente tortuosa, y matará al dragón que está en el mar. 2 Aquel día se dirá: Cantad a la viña hermosa; yo, Yave, la guardo. 3 Yo la riego a todas horas, para que no caiga su follaje; 4 yo la guardo día y noche, sin enojo. Que salen cardos y zarzas, yo les haré la guerra y los quemaré todos, 6 a no ser que se pongan bajo mi protección, y hagan la paz conmigo, hagan conmigo la paz. 6 Vendrá día en que Jacob echará raíces, e Israel echará flores y retoños, y llenará la tierra con su fruto. 7 ¿Le hirió acaso Yave, como hirió a los que le herían? ¿Le mató, como mató a los que le mataban? 8 Le castigó arrojándole al destierro, echándole con su soplo impetuoso, como viento solano. 9 Aquí se expió el crimen de Jacob, y he aquí el fruto del perdón de su pecado. Desmenuzó Yave las piedras de sus altares como piedras calizas, y los aseras y las estelas del sol no volverán a levantarse. 10 Sí, la ciudad fuerte fue asolada, ha quedado desierta, abandonada como un desierto. Allí pacen los bueyes, allí duermen, allí ramonean. 11 Cuando las ramas están secas, se rompen, vienen las mujeres y les prenden fuego. Es un pueblo sin conocimiento; por eso el que le hizo (lucifer) no tuvo piedad de él, el que le formó no se compadeció de él.

12 Entonces hará Yave la cosecha de sus frutos, desde el curso del río hasta el torrente de Egipto, y vosotros seréis recogidos uno a uno, hijos de Israel. 13 Entonces se tocará la gran trompeta, y vendrán los dispersos en la tierra de Asur y los fugitivos en Egipto, y se prosternarán ante Yave en el monte santo de Jerusalén.»

Exégesis o notas incrustadas

(Is 25, 6-7) Los sacrificios pacíficos eran ocasión de alegres festines en el recinto del santuario, a los cuales el Deuteronomio exhorta a invitar a los pobres y levitas; el Señor anuncia aquí que dará en Sión un gran banquete a todos los pueblos, a quienes, para mayor solaz, protegerá contra los ardores con una nube, como la que en el desierto protegía a Israel.

(Is 26, 19) Este pasaje habla de la resurrección del pueblo; pero no es fácil decidir si es la resurrección nacional de que habla Ezequiel (37) o la individual de Daniel (2, 2).

Biblias Católicas

Sagrada Biblia Nacar Colunga (1944) (1ª Edición) (PDF)

Sagrada Biblia Platense de Monseñor Straubinger (PDF).

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