Canon 2335 y Canon 2336 del Código de Derecho Canónico de 1917: Excomunión ipso facto para todo aquel que haya dado su nombre a la masonería.

Prólogo

«Que nadie que estime en lo que debe su profesión de católico y su salvación personal, juzgue serle lícito por ninguna causa inscribirse en la masonería, prohibición confirmada repetidas veces por nuestros antecesores. Que nadie sea engañado por una moralidad fingida. Pueden, en efecto, pensar algunos que nada piden los masones abiertamente contrario a la religión y a la sana moral. Sin embargo, como toda la razón de ser de la masonería se basa en el vicio y en la maldad, la consecuencia necesaria es la ilicitud de toda unión con los masones y de toda ayuda prestada a éstos de cualquier modo.»

– Carta Encíclica Humanum genus‘  del Papa León XIII (párrafo 22), del 20 de abril de 1884.

La Iglesia Católica desde el siglo XIX venía muy herida por infiltración, la corriente interna denominada modernismo e introducida por la masonería infiltrada a través de los seminarios (ejemplo reciente). En 1907 en Papa San Pío X en la Encíclica Pascendi definía al modernismo como la síntesis de todas las herejías (n. 39), o como el más pernicioso de todos los adversarios de la Iglesia”. Señaló que, “sin tener en cuenta la disposición interna del alma, de la cual solo Dios es el juez”, se manifiestan por sus principios, su forma de hablar y su acción.” (Encíclica Pascendi, n. 3).

«La Iglesia ha condenado la masonería – desde Clemente XII (1738) hasta Pío XII (1958) – al menos 600 veces. León XIII fue el Papa que (junto a Pío IX) más la fulminó.» – Artículo.

A la muerte del último Papa legítimo en 1958, el Papa Pío XII, la Iglesia Católica pasó a estar bajo el control de los enemigos de Cristo. Todos los Papas que ha habido desde 1958 hasta hoy son destructores. Angelo Roncali (Juan XXIII) era francmasón; Montini (Pablo VI) era judío; Luciani (Juan Pablo I) era masón; Wojtyla (Juan Pablo II) era judío; Ratzinger (Benedicto XVI) es judío y Bergoglio (Francisco I) es masón, pertenece a la logia Ordo Templi Orientis (O.T.O.).

«Al mismo tiempo que el Papa Juan XXIII convoca el Concilio Vaticano II (1962-1965), anuncia la reforma del Código de Derecho Canónico de 1917, que se retrasaría hasta la finalización del Concilio. Muerto Juan XXIII y acabado el Concilio, Pablo VI nombra la comisión reformadora en 1964.»Wiki-jew-pedia

El Código de Derecho Canónico de 1917 es a día de hoy el único legítimo de la Iglesia Católica. Iglesia que es conformada por los fieles a Cristo y no por instituciones o por edificios de piedra o ladrillo.

La autoridad en la Iglesia depende de la fe

«… para este paso es la herejía suicida de la papolatría. Hablábamos hoy durante una clase con los alumnos. La herejía de la papolatría. La autoridad, queridos hermanos, en la iglesia depende de la fe, viene de la fe y depende de la Fe. En la iglesia católica no existe la autoridad por sí misma. No es una organización cualquiera. No es una empresa. Está al servicio de la fe. Jesús nos deja autoridades para que se transmita la verdad íntegra, hasta el último hombre hasta el fin del mundo. Cuando el que ocupa un cargo de autoridad se separa de la fe, inmediatamente pierde toda jurisdicción. No podemos obedecer al que nos aparta de la fe. No debemos hacerlo. Lo tenemos incluso mandado eso, eh. En la bula Cumex Apostolatus Aficio del Papa Pablo IV, manda a los fieles que nos separemos, retiremos la obediencia, hasta que se arregle el problema. El hereje no permanece con jurisdicción – Sor Lucía de Luján. (Minuto: 00:13:23). (26 abr.2024).


Código de derecho Canónico 1917

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Código de Derecho Canónico de 1917 (Portada)

Esta es la versión del Codex Iurici Canonici de 1917 que elaboró la comisión pontificia constituida por Pio X bajo las órdenes del Cardenal Gasparri, en la que se tuvo por misión anotar al pie de página del Codex todas los documentos del magisterio que sirvieron de fuente para elaborar el Codex. Tiene por título original:

CODEX IURIS CANONICI 1917

Haz clic para descargarlo: enlace a PDF.


Canon 2335, Canon 2336 y Canon 188.4

Hay tres cánones en el Código de Derecho Canónico de 1917 que dejan muy claro la incompatibilidad de pertenecer a la masonería con el hecho de ser un simple feligrés (Canon 2335), y aún más severo para el sacerdote o religioso (Canon 2335, Canon 2336 y Canon 188.4). La incompatibilidad es frontal e irreconciliable.

Canon 2335

«Los que dan su nombre a una secta masónica u otras asociaciones del mismo género, que maquinan contra la Iglesia o las potestades civiles legítimas, incurren ipso facto en excomunión simplemente reservada a la Sede Apostólica.»

«Nomen dantes sectae massonicae aliisve eiusdem generis associationibus quae contra Ecclesiam vel legitimas civiles potestates machinantur, contrahunt ipso facto excommunicationem Sedi Apostolicae simpliciter reservatam.»

Las penas ‘simplemente reservadas a la Sede Apostólica‘ significa que, las cuales cuando son ocultas, sólo pueden ser absueltas por el Obispo y en caso de urgencia, por un delegado. Así de grave es ser masón para cualquier feligrés, que no se arregla con una sencilla confesión sino que tiene que intervenir el Obispo de tu Diócesis.

Si quien participa de las actividades de una organización luciferina es un clérigo, aparte del Canon 2335 incurre en sanciones aún más graves (Canon 2336) por el escándalo que difunde.

Canon 2336. §1. (Inciso 1)

«A los clérigos que han cometido el delito de que se trata en los cánones 2334 y 2335, debe castigárseles, además de las penas establecidas en los citados cánones, con la de suspensión o privación del mismo beneficio, oficio, dignidad, pensión o cargo que pueda tener en la Iglesia. Y a los religiosos, con la privación del oficio y su voz activa y pasiva y con otras penas a tenor de sus constituciones.»

«Clerici qui delictum commiserunt de quo in can. 2334, 2335, praeter poenas citatis canonibus statutas, poena suspensionis vel privationis ipsius beneficii, officii, dignitatis, pensionis aut muneris, si qua forte in Ecclesia habeant; religiosi autem privatione officii et vocis activae ac passivae aliisque poenis ad normam constitutionum plectantur.»

Canon 2336. §2. (Inciso 2)

«Los clérigos y religiosos que den su nombre a la secta masónica o a otras asociaciones semejantes, deben además ser denunciados a la Sagrada Congregación del Santo Oficio.»

«Insuper clerici et religiosi nomen dantes sectae massonicae aliisque similibus associationibus denuntiari debent Sacrae Congregationi S. Officii.«

El clérigo perteneciente a una asociación luciferina se hace reo también del Canon 188.4 mediante el cual, se separa por propia voluntad y por el mismo hecho de todo oficio, beneficio, cargo y dignidad en la Iglesia.

Canon 188

Can. 188. Ob tacitam renuntiationem ab ipso iure admissam quaelibet officia vacant ipso facto et sine ulla declaratione, si clericus: (Por renuncia tácita a la ley se acepta que cualquier cargo quede vacante automáticamente y sin declaración alguna, si el secretario;)

1° Professionem religiosam emiserit, salvo, circa beneficia, praescripto can. 584;

Intra tempus utile iure statutum vel, deficiente iure, ab Ordinario determinatum, de officio provisus illud adire neglexerit;

Aliud officium ecclesiasticum cum priore incompatibile acceptaverit et eiusdem pacificam possessionem obtinuerit;

A fide catholica publice defecerit; (Deserta públicamente de la fe católica)

5°Matrimonium, etiam civile tantum, ut aiunt, contraxerit;

6°Contra praescriptum can. 141, §1 militiae saeculari nomen sponte dederit;

Habitum ecclesiasticum propria auctoritate sine iusta causa deposuerit, nec illum, ab Ordinario monitus, intra mensem a monitione recepta resumpserit;

Residentiam, qua tenetur, illegitime deseruerit et receptae Ordinarii monitioni, legitimo impedimento non detentus, intra congruum tempus ab Ordinario praefinitum, nec paruerit nec responderit.

Está meridianamente claro y sin lugar a dudas ni a discusión. La incompatibilidad es frontal e irreconciliable entre pertenecer a la luciferina masonería y ser cristiano. O lo uno o lo otro.

“Nadie puede servir a dos señores; porque odiará al uno y amará al otro; o se adherirá al uno y despreciará al otro. Vosotros no podéis servir a Dios y a Mammón”

Mateo 6, 24.

Mammón, nombre que significa la personificación de las riquezas perecederas de este mundo, cuyo príncipe está ya juzgado.


Sobre Lienart y Lefebvre

A continuación dejo un extracto de Marcel Lefebvre oportuno al tema tratado, y tras él un comentario extraído de forocatolico.wordpress.com sobre Achille Lienart. También hago aquí el inciso sobre que Lienart era «Caballero Kadosh« de la masonería, 30º grado, y uno de los cuatro directores principales del apóstata Concilio Vaticano II (1962-1965).

El 18 de septiembre de 1947, S.E.R. Marcel Lefebvre (cuarto de izq. a der.) es consagrado obispo en Tourcoting (Lille, Francia), por el Cardenal Liénart (segundo de izq. a der.).

Lefebvre reconoció a Liénart como masón de alto grado

(Parte de conferencia de Marcel Lefebvre dada a la Asociación San Pío V en febrero de 1976, cuya grabación fue confiada al Padre Guépin)

“De todo esto tengo la convicción absoluta que son las ideas masónicas las que han entrado al interior de la Iglesia durante el Concilio. El Concilio ha sido equívoco. Ellos han cubierto todo muy bien. Podemos ver que hay textos que son muy fuertes. Podemos ver en Gaudium et Spes (ADHERIDA FINALMENTE POR LEFEBVRE Y CASTRO MAYER) cosas que son absolutamente insensatas, por ejemplo, la independencia de la cultura profana. Hay todo un capítulo de la cultura en Gaudium et Spes que dice que la cultura profana es independiente de la religión. De nuevo el Reino de Nuestro Señor no se extiende a la cultura, el hombre puede liberarse de la ley moral cuando hace arte o cosas semejantes, es la liberación, siempre la liberación de Nuestro Señor Jesucristo, y esto se ha aplicado a todo.

Cuando el Cardenal Suenens dijo en reunión con 150 teólogos que el Concilio son 89 en la Iglesia, esto es un síntoma, ¡es claro!.

Yo sufro cuando veo sacerdotes amigos nuestros que son muy educados y amables diciendo que no hablen mal del Concilio; de las reformas, de las interpretaciones lo que quieran, pero no del Concilio. ¡Por favor! Es en nombre del Concilio que hacen las reformas, todas las reformas son públicas. Cuando hablan de la reforma de la misa, cuando hablan de la reforma de la liturgia en nombre de tal o cual constitución o declaración, cuando la transforman en política lo hacen en nombre de la libertad religiosa. No hay ninguna duda para ellos. Puede ser que no para todos.

Es el Concilio el que ha querido todas esas cosas. Son ellos los que han hecho el Concilio. Son ellos los que lo han controlado. ¿Cómo puede pensarse que se publique en todas partes –ya se ha visto en algunas revistas de Alemania e Italia- el pedigree masónico del Cardenal Lienart? En la revista “Chiesa Viva”, revista muy moderada, uno diría de pensamiento católico, se han publicado fotos en Roma mostrando su pertenencia a los diferentes grados, su paso de un grado a otro, las logias a las cuales ha pertenecido. He aquí un hombre que ha dirigido prácticamente el grupo liberal del Concilio y que ha dominado el Concilio. Y estos eran los amigos del Santo Padre, hay que decir las cosas como son

(Nota de forocatolico.wordpress.com: pero omite decir que ese mismo masón grado 33 -Liénart- es quien lo ordenó y consagró a él mismo, quien lo promovió en la Jerarquía y quien se dedicaba a reclutar prelados para la masonería, según el periodista Mino Pecorelli quien luego murió asesinado por develar los secretos masónicos del Vaticano modernista).

Los cardenales Liénart, Frings, Alfrink, Suenens, eran los amigos del Santo Padre. El Cardenal Döpfner fue quien los nombró moderadores del Concilio, no se puede decir lo contrario. Si el Santo Padre lo lamenta o no, no lo sé, yo no estoy en su puesto, pero en todo caso es un hecho que esos eran los amigos del Santo Padre y nosotros hemos sido unos rechazados del Concilio (totalmente falso, Lefebvre participó plenamente en el Concilio y firmó todas sus actas), se puede decir, nosotros que hemos defendido la tradición, los 250 que defendían la tradición nos hemos quedado prácticamente huérfanos, nunca tuvimos voz delante del Santo Padre.

(Nota de forocatolico.wordpress.com: Es falso, poco tiempo después del Conciliábulo, recibió del propio Pablo VI la encomienda de explicar a los dirigentes de algunas órdenes religiosas los acuerdos modernistas del Conciliábulo).


Comentario sobre Achille Lienart

 
noviembre 26, 2013 1:33 pm

Juan C.

Precisamos: la Iglesia -no nosotros- establece que si un ministro tiene la intención de hacer lo que hace la Iglesia Católica, al menos virtual, y dice las palabras conforme al ritual, hay sacramento, sin duda.

Pero si el ministro del orden o el receptor del sacramento, o ambos, tienen una intención adversa o contraria al conferir el sacramento, éste es nulo por defecto de intención.

Si el ministro o el receptor del sacramento juramentó a una secta anticatólica secreta, como es el caso de la masonería, y esto se hace público, como sucedió con el indudablemente multihereje Aquile Liénart, a quien el mismo Marcel Lefebvre reconoció como militante de la luciferina secta; entonces la ordenación-recepción del sacramento del Orden puede ser inválido.

Hay quienes afirman que no importa que Liénart sea ministro inválido, porque de todos modos otros dos obispos (Ancel y Fauret) co-consagraron a Marcel Lefebvre. Pero el problema no desaparece, puesto que el único ordenante de Lefebvre como presbítero fue el mismo Liénart. Y si Liénart era falso ministro para la consagración, también lo era para el presbiterado. Y ser presbítero es condición esencial para ser consagrado obispo, tal y como enseñan el Magisterio y el Derecho Canónico.

Como es algo posible que Liénart ni siquiera fuera sacerdote, menos obispo; existe la duda objetiva en sus sacramentos conferidos, y al saberse su militancia satánica (además de su pública y escandalosa militancia modernista) era moral y canónicamente necesario realizar al menos la ordenación subconditione de sus ordenados para subsanar esa duda y evitar lo que sucedió con las posteriores ordenaciones lefebvrianas; o incluso, si hay certeza de la intención adversa de Liénart, como lo manifiesta probable el lefebvriano Max Barret y el propio obispo Ngo Dinh Thuc, obligaba a la ordenación en forma absoluta.

Tal fue el ofrecimiento que le hizo el obispo Ngo Dinh Thuc a Marcel Lefebvre (publicado por el Dr. Eberhard Heller) para evitar dudas u ordenaciones nulas. Pero Lefebvre nunca le respondió siquiera.

Para efectos prácticos, si alguien sabe lo anterior, debe evitar acudir con sacerdotes lefebvrianos, además de la carga tan elevada que éstos llevan de herejías reales y de cisma; de profanaciones, sacrílegos y otras fechorías.

Unidad en la Verdad


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Un saludo. Cuídense mucho.